Era época universitaria: chacota al por mayor, chaplines pendencieros y bastante correa para no ser agarrado de punto o bueno con correa o sin ella, igual te jodían hasta que te daba chucaque. Con la ambientación del caso paso a relatar el ¿feliz episodio? donde nació aquel apelativo, íntimo por lo demás, me refiero a grupal, por el cual me conocerían los muchachos que integraban mi círculo de amigos ruizgalinos. (de la Pedro pe).
Estábamos reunidos en la casa de nuestra compañera Laura, bautizada como Moco e' pavo. Se trataba de un trabajo del curso de televisión, me refrescaron la memoria mis amigos en una reunión reciente. Entonces nos hallabamos en los trances de crear un programa de televisión, seguramente, o de ponerle nombre. Por lo demás eso de colocarle nombre a una creación colectiva es harto fregado.
Bueno, entonces me debo de haber parado para ir al baño y cuando regrese me senté muy suelto de huesos o muy suelto de huevos en el mueble, porque luego de un breve silencio dije lo siguiente:
- Muchachos - ellos pensaron que una idea iba a aportar, que algo rescatable iba a decir - oigan a ustedes no les ha pasado que cuando se sientan se machucan una bola?? Esta pregunta fue acompañada de un gesto de dolor, medio apañado, porque era eso lo que me acababa de pasar.
Lo que siguió fue un ejercicio, que luego me confesaron mis amigos, para ver si ellos podían ejecutar semejante proeza. Y ahí estaban ellos tratando, disimulando claro, de apretujar sus ovoides testiculares, cosa que, me contaron ellos, no lograron.
Acto seguido ingreso Laura, la anfitriona, y pregunto a los chicos el motivo de sus caras, la razón de su extrañeza, a lo que vino el relato pequeño de lo acontecido. Entonces en un acto de completa picardía, de mera criollada, mi compañera soltó lo que se iba a convertir en mi nuevo mote:
- El chato es bolón!!! - y la carcajada fue general. Y ahi estaba señores en una frase, lo que, en materia de apodos había sido y en lo que ahora me convertía. Y desde ahí bolón fue mi apelativo pero sólo,como dije, para la "pandilla" de la que era integrante.
Ahora tras varios años de acabar la universidad la "leyenda" acerca de mis colgajos favorecidos se mantiene y es por eso que digo que mis patas creen que soy un huevón, un bolón, un "pelotón".
La verdad sea dicha no creo que lo sea, pero es cierto lo que me pasó en esa ocasión. Por otro lado puede ser que también crean que soy un huevón en el otro sentido, en el más común y cotidiano y estarían en todo su derecho supongo. Bueno acabo esta entrada a pocos minutos de cumplir 30 años, me demore un poco en acabarla pero aquí esta. Hasta la próxima òn.