
Recorrer su mundo, expuesto ante mis ojos lascivos, era una cita imperdible e imperdonable si faltaba a una. Sentir como me llevaba por parajes inhóspitos y poco a poco ir despertando a ese animal dormido que sólo quería seguir bebiendo de sus aguas benditas y malditas a la vez, porque empezaron a enviciarme, cosa para la cual daba mi brazo a torcer.
No niego que varias veces, sonrojo mi rostro con sus audacias y atrevimientos. Pero por suerte llegaba a entender que ella era así, que para eso la había encontrado. Además, en buena cuenta, nunca dejó de ser la dama que es y será. Y por lo mismo todo lo que me brindaba en privado, me lo guardaba para mi solo, nadie jamás sabría de sus secretos revelados en silencio.
Debo admitir que en esos febriles días nada más me interesaba que volver a estar con ella. Note, y no me daba miedo esto, que nacía una cierta dependencia hacia ella. Y es que no había nada más placentero que sentir como se apoderaba de mis sentidos, de todos. La olía,la tocaba, la miraba, me poseía.
Estando en la cumbre de mi pasión, varias veces no conciliaba el sueño y noctambulo iba hacia ella, la buscaba donde estuviera. Lo mejor era que siempre me recibía amable, cariñosa, receptiva. Me quedaba varias horas de la madrugada en su regazo, y no me cansaba, menos ella.
Sabía de sus amoríos con otros, no los ocultaba. Y no podía hacer nada contra eso. Yo era un chiquillo envalentonado que se aventuro por sus dominios y nada más. Pero es que no podía encontrar a mejor aleccionadora, de eso estoy seguro nadie como ella: nadie tiene su porte, nadie sus arrebatos, nadie más su encanto y su magia.
Esto es mas o menos lo que me ocurrió a partir del primer encuentro con aquella amante perpetua, que nunca me abandonará, o por lo menos, esclavo, jamás podré dejar. La amo con el cerebro y es lo peor, por eso nunca la olvido.
Esto es lo que me ocurrió cuando leí mi primera novela y me enamore hasta los tuétanos de esa divina señora llamada literatura.
OHH que buen post esta interesanteh
ResponderEliminarme guto chevere ah atte tehjock ..
Bien ahí catoblepas... Mientras sigas escribiendo de cachería y cosas así con finales quemados seré tu fiel seguidor jajajajaja, muy bueno chato, muy bueno...
ResponderEliminarmuy buena
ResponderEliminarAh, no... con esta sí me mataste... Esto es amor perpetuo a la especie literaria y es realmente lo que todo lector empedernido siente... es de verdad lascivo, es sensualidad pura... es estar a punto de dormir y tener que encender la linterna bajo las sábanas para contemplar tanta belleza que nos arrebata... y no interesa la cara de muerto al día siguiente... Me encantó.
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