
El primer cuadro, me lo pintó una chica de 25 años. Ella es bisexual y mientras conversabamos , una chata del licor mencionado la acompañaba en un rato de despecho, de esos del músculo latente. Los tragos eran en honor a un tipo del cual no supe mucho, sólo que algo había pasado entre ellos hace un tiempo y ameritaba sendos sorbos del rubio líquido.
Sabía por los mensajes de su ventana de conversación que Flavia escuchaba canciones cómplices en su sesión de desamor. Le sugerí algunas de las mías. Le gustaron. Me baje una de Sabina de las que ella oía:"Y sin embargo".
Me sorprendió con eso de que le gustaba tomar ron puro, que era más rico y que podía aguantar sin miramientos un par de botellas de la quemante bebida. Ta qué brava!- pensé.
Luego, mientras la primera protagonista se ausentaba un toque, se conecto Mexita y me empezó a contar la tragedia que le había ocurrido ese día en su colegio. Y es que a la graciosa mozuela no se le había ocurrido mejor idea que festejar el cumpleaños de una de sus mejores amigas que libando, con ella y una compañera más, una botella de Cabo Blanco.
El chiste no hubiera pasado de ahí, si no fuera porque las descubrieron en el baño dedicadas a su subrepticia celebración. Qué bonito, qué bonito! a lo Huckleberry Hound, jajajaja!! Pero luego vendría lo feíto porque las niñas serían expulsadas del centro de estudios y bueno lo que pasa es que ya estamos a medio año escolar.
Después de unos días encontre a Flavia y le pregunte un poco más por sus razones de esa noche con el pequeño recipiente de Pomalca. La frase que resumía todo era una "roneada nostálgica", por este patita que fue su pareja y con el cual termino porque no quería enamorarse de él.
Ahora el forateado ya tenía novia y ella estuvo con una chica de menos edad. Como dijo la brava del ron "la de con ésta te olvido". Ahora con él son patas, "sólo patas".
A Mexita la aceptaron otra vez en su colegio.
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